RELACIONES SEXUALES EN ADOLESCENTES

Los hijos van dejando de ser niños y comienzan a entrar en la adolescencia. Es precisamente en esta etapa cuando comienzan a incursionar en el ámbito sexual, muchas veces sin saber de los riesgos a los que se enfrentan. ¿Cómo orientarlos en esta etapa? ¿Cómo aconsejarlos? ¿Cómo abordar el tema? Estas son algunas interrogantes muy comunes entre los padres que, quiéranlo o no, deben enfrentar este periodo con la mayor naturalidad posible.

Conocemos del alto riesgo de las enfermedades de transmisión sexual que tienen los adolescentes, igualmente, el riesgo del embarazo en esa edad. Sin embargo, ahora el inicio de las relaciones sexuales en nuestro país, según estadísticas, es los 14 años y en algunos casos, de menos edad.

 El problema mayor es que los adolescentes tienen poca información porque los padres no tienen la suficiente confianza para conversar con ellos. Durante la adolescencia se llega a la madurez sexual. En las niñas se desarrollan los senos y se inicia la menstruación. En los niños aumenta el tamaño del pene y los testículos.

Si se tienen relaciones sexuales, existe un elevado riesgo de embarazo. Además del embarazo, las relaciones sexuales conllevan el riesgo de contagiarse con enfermedades de transmisión, como el herpes, verrugas genitales, o VIH, el virus que causa el sida.

 

PROTECCION

La única forma de estar completamente seguro es no tener relaciones sexuales. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes deciden hacerlo y los preservativos de látex son la mejor protección contra las enfermedades venéreas. Además, los condones también son una manera de control de la natalidad para ayudar a prevenir los embarazos. Lo cierto del caso es que, si a los adolescentes no les hablamos de sexo, ellos lo van a tener, pero con todos los riesgos que existen. A los 13 años, como media, los costarricenses se estrenan en las relaciones sexuales y a los adultos nos sorprende y lo vemos como una precocidad.

 

Sin embargo, los adolescentes viven la sexualidad como escuela de vida, donde la edad de inicio es quizás el cambio menor, pues no está rodeada de religiosidad ni oscurantismos. Ahora es algo corriente, parte del ocio, un intercambio entre amigos, en fin, algo que hay que hacer.

 

 

PELIGROS

Un riesgo muy grande es esperar a que otras personas alejadas del núcleo familiar trasmitan información sexual a los jóvenes, pues en algunos casos se valen de la pornografía con el riesgo de construir una sexualidad genitalizada y machista. Yo pregunto: ¿Habla de sexo con sus hijos?, pues se han descubierto nuevos hábitos sexuales; uno de ellos es no ver la necesidad de usar el preservativo.

Sin embargo, algunas mujeres adolescentes de alguna manera se las están agenciando para conseguir anticonceptivos orales o la inyección mensual, y aceptan relaciones sin preservativo porque no toman en cuenta las enfermedades de transmisión sexual, como el sida.


 

Si un padre sabe que su hijo ha iniciado su vida sexual, hay que conversar sobre el tema de manera directa. Muchas veces el problema no son los jóvenes, sino los padres. Ellos esperan que sus papás los orienten y se involucren en el tema.

Hay que enfrentarlos de manera directa y natural, pero si los hijos han empezado a tener relaciones sexuales de manera muy precoz, hay que alarmarse. El inicio anticipado puede traer problemas por el lado psicoemocional. Por ejemplo, de adultos pueden separar la genitalidad de lo emocional, tienden a ser más promiscuos y a tener relaciones más superficiales. Además, muchas veces se asocia a otras conductas de riesgo, como drogas, malas notas en el colegio, etc.

Cuando hay un pololeo que lleva más de seis meses hay que empezar a tantear y a preguntar, porque en promedio es en ese minuto de la relación cuando comienza el ‘riesgo’.

La clave no es ser autoritarios ni poner exigencias muy estrictas, pues inevitablemente los hijos terminarán alejándose e incluso pueden crear trancas y sentimientos de culpabilidad.

Lo ideal es establecer límites en conjunto con los adolescentes, por ejemplo decirles: ‘puedes estar en la pieza con tu novio(a) pero con la puerta abierta’ o ‘puedes salir en la noche pero solo hasta cierta hora’.

PATERNIDAD Y DIALOGO

Poco saben los padres de los hábitos sexuales de los adolescentes de hoy. En algunos casos, los padres no hablan de sexo con sus hijos adolescentes porque temen autorizarlos a sus primeras prácticas sexuales y otros no hablan porque no saben qué decir o temen que se vean sus miedos, complejos, y frustraciones.

Lo cierto es que muchos adolescentes se inician en la sexualidad bien desinformados, pese a ser grandes consumidores de información sexual, que les llega mediante imágenes, invitaciones a probarlo todo y consejos desde donde nada es proclive de riesgo, Internet y revistas dirigidas a ellos.

 

 

Con los hijos es necesario hablar, dialogar. No solo es hablar de embarazo o cómo usar el preservativo. Existen muchas otras cosas que podemos informarles antes de que se los informe Internet, susurrando en el oído de los jóvenes información irreal.

PREVENCIÓN

La educación sexual debe partir desde que los niños son muy pequeños. Desde que son preescolares se debe hablar sobre el tema de forma preventiva, decirles a nuestros hijos que a un niño no se le deben tocar ciertas partes, al menos que esté la mamá presente. Esto es para evitar el abuso.

Luego, cuando los niños tienen entre ocho y 10 años seguramente empezarán a hacer preguntas. Hay algunos que no lo harán y en ese caso, son los padres quienes deben acercarse.

Es importante recalcar que la comunicación debe partir desde que los niños son pequeños, pues no se puede pretender entablar una relación cuando su hija tiene 13 años, si antes de eso nunca se ha acercado a ella. Para poder guiar bien a nuestros hijos, es importante que al llegar esta etapa ya esté hecho todo el trabajo previo.

 

con la información necesaria y veraz con respecto a las relaciones sexuales y el embarazo, para que el adolescente pueda tener todos los elementos de juicio necesarios antes de tomar una decisión que podría cambiar el rumbo de su vida.

Embarazos

Embarazo adolescente o embarazo precoz es aquel embarazo que se produce en una mujer adolescente: entre adolescencia o pubertad –comienzo de la edad fértil– y el final de la adolescencia. La OMS establece la adolescencia entre los 10 y los 19 años. La mayoría de los embarazos en adolescentes son considerados como embarazos no deseados,En general el término también se refiere a las mujeres embarazadas que no han alcanzado la mayoría de edad jurídica, variable según los distintos países del mundo, así como a las mujeres adolescentes embarazadas que están en situación de dependencia de la familia de origen.

El embarazo en una mujer adolescente puede llegar a término, produciéndose el nacimiento, o interrumpirse por aborto, ya sea éste espontáneo o inducido, en éste último caso de manera legal o ilegal dependiendo de la legislación de cada país.

 

CAUSAS

En algunas sociedades, el matrimonio a edades tempranas y el rol de género que tradicionalmente se asigna a la mujer, son factores importantes en las altas tasas de embarazo en la adolescencia. Así, en algunos países de África subsahariana, el embarazo adolescente se celebra porque es la prueba de fertilidad de la mujer joven. En el subcontinente indio, el matrimonio en adolescentes y el embarazo es más común en las comunidades rurales tradicionales, donde es apreciada una numerosa descendencia, en comparación con la tasas de las ciudades.

En las sociedades donde el matrimonio con mujeres adolescentes es poco frecuente, la causa fundamental de los embarazos en adolescentes es la práctica de las relaciones sexuales de las jóvenes sin métodos anticonceptivos por lo que estos embarazos pueden considerarse como embarazos no planificados o embarazos no deseados.

 


 


 

 

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